martes, 25 de octubre de 2011

VIOLENCIA PURA


Toma del Ex Congreso Nacional

La RAE dice que “violencia” es acción de utilizar la fuerza y la intimidación para conseguir algo, acción y resultado de violentarse,  cualidad de violento, y coacción.

Me fui a la fuente del idioma para ver si en realidad andaba tan requete perdido, y porque que de una vez y para siempre  debía de alejar las dudas que rondaban como un enjambre entre tanto cacareo mediático, dimes y diretes (más dimes porque los diretes no son privilegiados en la tele, y  la  relación entre ellos casi siempre es de 10 a uno), así que sería bueno esto de la claridad en las definiciones conceptuales.

Lo cierto es que la sede el Ex Congreso Nacional fue sorprendida ni más ni menos que por  un grupo de “violentistas” que “excedieron todos los límites posibles” y le gritaron horrorosas barbaridades al Ministro de Educación Felipe Bulnes y compañía.  A tales extremos llegó esta situación que don Felipe debió salir raudamente de la oficina copada para salvar su honor y la vida, porque estos “violentistas” no perdonan la integridad de nadie, y lo más probable es que hayan sido entrenados en Cuba y hasta carne humana (más tiernita que la del ministro) coman en abundancia.  


Huida del Sr. de la educación

La verdad es que estos furibundos manifestantes humillaron al caballero de la educación y escandalizaron a varios(as) que no daban en si tras el fervor de estas tribus enloquecidas y engreídas que reclamaban horripilantes consignas a favor de una tal educación gratuita para todos, y “plesbicito ahora, rapidito ya”, también le enrostraron las decenas de años que literalmente flojearon haciendo poco y nada por los más necesitados, y que por el contrario usufructuaron de un poder para apoyar a los grandes conglomerados, olvidándose de sus verdaderos mandantes:  el ciudadano común y corriente.  

La verdad es que se desestimó la capacidad de estos ingeniosos, su grado de audacia y decisión para enrostrarle al Sr. Ministro, que a estas alturas, la plebe era capaz de llegar hasta sus narices, y a la misma puerta del infierno si era necesario, porque el desacato, la irreverencia, y el pundonor también existe en los que siempre han sido los sumisos, humillados y abusados.      

Dicha situación llegó a su peak  al momento del desalojo del edificio luego de 9 horas de “toma”, y tras una negociación que incluía el abandono de las armas y la rendición incondicional de los subversivos.  El menos eso parecía, porque afuera y alrededor del edificio se montaba anillos de seguridad, se restringía el tránsito de vehículos y personas, mientras decenas de fuerzas especiales de la policía, con carros, perros y elementos disuasivos esperaba el acontecimiento de la rendición incondicional. 

Presidente del Senado Dr. Guido Girardi
En ese contexto, en cuando la figura del Presidente del Senado, Guido Girardi, aparece favoreciendo el diálogo en contra de una zurra general que a esas alturas el Ejecutivo histéricamente pedía a los gritos murmurando amenazas, querellas  y cuanta pena del averno fuera posible, para de una vez por todas escarmentar a los insurgentes, incluido el mismísimo Sr. Girardi, por no permitir el desalojo a punta de palizas. 

Así las cosas resulta muy probable que la presidencia del Senado pronto cambie de honorable.

Sólo la CNN Chile transmitió en vivo parte del alboroto, y un par de radios, los demás canales abiertos estaban en rigores más interesantes, como entrevistar a la Ex Mis Mundo Cecilia Boloco y cosas por el estilo.  Al parecer un acontecimiento de esta naturaleza, para la TV chilena,  no es de relevancia, aunque se desarrolle en el sitio que ha sido uno de los íconos más importantes de la vida nacional.

Respuesta represiva del Ejecutivo

Es justamente este doble discurso, la vocación por la habilidad del doble estándar que se inflige al ciudadano lo que verdaderamente rebalsa los niveles de tolerancia del hombre de trabajo, que ve como quienes detentan el poder les abandonan a su suerte, en el más violento de los desamparos posibles:  Todo se ha entregado deliberadamente al  mercado sediento de lucro, de avaricia ilimitada:   Acaso no es violencia pura que un grupo de sinvergüenzas estafe a un millón de compatriotas durante años, sin que las instituciones encargadas de velar por el buen uso de la información financiera ni siquiera se den por enteradas,  y qué tipo de paz podría inundar a los esquilmados por la banca, a los endeudados por el CAE, sino la angustia y desesperación del abandono,  cómo se puede llamar si no violencia a la coacción ejercida desde la jurisprudencia misma que obliga al más vulnerable a pagar porcentajes extremos de impuestos en el sagrado momento de sentarse a la mesa, mientras la gran empresa posterga la tributación de sus socios vía argucias que el chileno medio ni siquiera comprende.  Todo esto a la luz del día y con la venia de nuestra desventurada institucionalidad. 

Violencia extrema ejerce el Ejecutivo cuando interpreta falsamente la realidad de una salud pública que da vergüenza en foros internacionales, violenta es la actitud de un gobierno incapaz de escuchar a la mayoría ciudadana para otorgar soluciones  “a la altura” de la demanda, y que por respuesta arremete con el engaño, la postergación, la fuerza, la intimidación, con la cultura del desalojo y montaje policial, violencia que ya no es sólo con los estudiantes, sino incluso a otros poderes del Estado.  Violencia es la ejercida a diario contra el pueblo mapuche, al desconocer lo ratificado en tratados internacionales,  al igual que las hechas a favor de la ecuación pública y gratuita, las que se han mantenido deliberadamente invisibles a la población.

Esta ha sido una administración intrínsicamente sorda, estúpidamente represiva y por sobre todo violenta.

Mahatma Gandhi, uno de los máximos exponentes de la no-violencia y del pacifismo, reconocía que no existe ninguna persona completamente libre de violencia, ya que ésta es una característica innata de los seres humanos, algo así como violentos endógenos, por naturaleza, y por más que la releguemos en el fondo de nuestros corazones, siempre estará al acecho, a la espera de una oportunidad que la libere.   Sin embargo, un gobierno no puede darse gustitos institucionales, debe preocuparse más de escuchar y favorecer a sus ciudadanos, que de privilegios oficiales.  La moción de censura sobre el Presidente del Senado no sólo define la cualidad de violento del Ejecutivo chileno, sino demuestra un desmesurado error político, desnuda los acartonamientos de un régimen ultra conservador  -los mismos que la historia revela que mientras más rígidos y almidonados, más esconden- también exhibe los oportunismos personales de viejos políticos agazapados bajo la sombra de un discutible cristianismo.  Son los mismos cristianos que con la venia de Dios celebraron con júbilo el asalto a La Moneda. 

Afortunadamente, existen aquellos convencidos que las realidades y demandas sociales no se arreglan a palos, que las instituciones gozan del más caro de los respetos en el alma nacional cuanto más favorecen a los humildes y que el imperio de la razón puede ser más fuerte que el barniz protector de una institucionalidad que hasta hoy ha funcionado a la perfección, pero sólo con la ley del embudo.


 
Gabriel Reyes.
PPdM
Puerto Montt, Chile.-

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