jueves, 18 de agosto de 2011

EL NIÑO ENCADENADO












El titán acosado por el águila.

                   “Adosado ahora a las cadenas de una antigua tragedia griega, estos niños, titanes de nuestro tiempo,  como Prometeo, elevan su osadía de haber engañado a los dioses modernos del mercado para enrostrarle su descaro al mundo entero, en la dignidad de una lucha justa, desigual e indolente”.


Nunca pensé que escribiría sobre una huelga donde los protagonistas fueran niños, jóvenes apenas, en particular porque siempre asocio este tipo de movimientos a los viejos obreros polvorientos y desaliñados como la gente del carbón o de alguna miserable salitrera.  Menos que, estos jóvenes y adolescentes maltrataran su propio cuerpo para llamar la atención de lo que consideran una injusticia.  Poner en riesgo su integridad, exponerse a la autoflagelación, los dolores estomacales, los calambres, vómitos y descompensaciones en una edad donde sólo debiera primar la alegría -no parece al menos a simple vista- razonable.



A la simple distancia de un titular electrónico, o de algún vistazo apurado en el kiosco de don Luchito las cosas aparecen extrañas, casi intrascendentes a los ojos de la vorágine diaria, que no perdona su frenético andamiaje de urgencias.  La calle parece indiferente.  Sin embargo esta delgada apariencia, este barniz de sopor ciudadano se sacude a la vuelta de la esquina y en cada rincón de Chile, estallando primero en una ola de murmullos, como el rumor de un mar lejano, para luego abalanzarse sobre la acera y en los oídos de la gente cual tromba bulliciosa, huracanada y bella, porque bello es el canto de los que tienen esperanza.  Y estos jóvenes tienen la mejor de todas, aquella que se logra con el sacrificio arrollador de la convicción humana.

Esa es la mística del movimiento estudiantil chileno.   Adosado ahora a las cadenas de una antigua tragedia griega, estos niños, titanes de nuestro tiempo,  como Prometeo, elevan su osadía de haber engañado a los dioses modernos del mercado para enrostrarle su descaro al mundo entero, en la dignidad de una lucha justa, desigual e indolente.


Ellos han creído en una educación como un derecho universal, democrática e igualitaria para ricos y para pobres,  sin darse cuenta que los verdaderos pobres son los adinerados dueños del triste sistema que los oprime, aquellos que se justifican haciendo el lamentable espectáculo de encoger los hombros del desdén en el más cómplice silencio de los que lucran sin mirar los ojos de sus hermanos.  Pero ellos han burlado el oscuro ritual del sacrificio, para que otros humanos, tal vez ni siquiera ellos mismos, reciban el mejor tesoro del hombre en esta tierra: Educación gratuita y de calidad.

Estos hijos nuestros, como el titán griego, han tenido la capacidad de ver el futuro con los ojos del semidiós, para divisar por dónde la vida se disgrega en la bruma del fracaso, dónde la familia entera sufre los dolores del desencuentro, la asfixia con la deuda tacaña de la banca,  la displicencia  de sus legisladores, la oquedad en sus corazones encerrados en la comodidad del estatus.

Están allí, unidos,  más juntos que jamás,  descifrando los indicios, enseñándonos como predecir el movimiento de las estrellas, de interpretar el modo de hacer señales con el calor de sus almas, y descubrir la riqueza dentro de nuestros corazones. 

Pero además,  han robado el fuego de la vida para entregárselo a los mortales, y por eso deben ser castigados con la ira de Zeus, este Zeus que ha hecho la vista gorda por décadas, amparando los pecados de sus obras.  Un dios de dioses rebosante de jugosas dietas resecas de egoísmo, el oxímoron de un instante eterno, donde un  Parlamento indulgente perpetúa el status quo de la inmoralidad, en un círculo sin fin, como la serpiente mordiendo su propia cola, cual rueda penitente del castigo.

Zeus, el dios de los dioses.

Sin embargo, todavía algunos fustigan a estos jóvenes, a su posición de “infantilismo revolucionario” -que los dejará muy aislados-, como ha dicho José Joaquín Brunner ayer, a través del diario electrónico El Mostrador, y fustiga:  “…los jóvenes terminan creyendo que efectivamente están más allá de toda institucionalidad democrática y que no tienen  que respetar ni el Parlamento, ni la ley, ni al Presidente de la República.”

Pero el tema es que a este mismo J. J. Brunner, a este mismo ex-ministro de Eduardo Frei Ruiz-Tagle le encanta por lejos este tipo de institucionalidad democrática, la que ha permitido la usura, la segmentación, la discriminación y los lamentos de casi todo Chile, demostrando que en este tipo de políticos sólo hay oídos sordos cuando de escuchar al país se trata.  Es la misma institucionalidad que le encanta a quienes les ha crecido el colmillo a costa de la pobreza y desesperación de muchos:  Dónde están la voces de un Sergio Molina, una Mariana Elwin, (Ex - Ministra de Educación), un Gutemberg Martínez, Soledad Alvear, Inversiones Norte Sur, sino bebiendo de los dolores de nuestros hijos.

Jóvenes liceanos de Buin en huelga de hambre
Por eso estos 38 chiquillos están allí como en la tragedia de Esquilo, encadenados a la roca de sus sueños mientras el águila les devora el hígado, día tras día. 

Están allí, a más de un mes del comienzo de una huelga de hambre brutal, mientras el Parlamento los trata como si fueran indios, preguntándose una y otra vez si tienen o no tienen alma todavía.

PrometeoZeus, El sabía que el dios vendría a suplicarle para que le revele el plan que lo destronaría como el rey de los reyes. 

Estos chicos no botarán ningún Parlamento, ese no es el fin, pero no cederán a sus demandas, a pesar de los abusos, de la amenazas, de las prohibiciones, de los castigos, de la criminalización del movimiento, a pesar de los diarios tendenciosos, de la TV. farandulera y de las cifras oficiales.

Estos chicos enormes, estos niños de corazón gigante, no sólo atentan contra su integridad, que es urgente salvaguardar, atentan también contra un sistema licencioso que ha lucrado con el alma de Chile. 

Y como Prometeo encadenado,  “todo esto que les anuncian, ya lo sabían”.    


Gabriel Reyes,
Cónsul PPdM para Puerto Montt.
http://gabrielreyeschile.blogspot.com

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