Apurado de calles,
miro el cielo por si remotamente veo algo
que me endilgue dónde va la cosa,
dónde la salvación acá en la Tierra;
no hablo de la salvación del planeta,
ni de mi provincia siquiera.
Con vergüenza, pero honestamente
hablo de la mía,
a ver si dejo de ser una estadística,
a ver si dejo de ser una estadística,
a ver si alguien me devuelve
la alegría
de un nombre
y un apellido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario